Hemos realizado un guión a partir de dos textos. Uno de ellos es sobre la teoría de la reproducción y otro sobre críticas al funcionalismo. Ambos textos los hemos ambientado en un bar, pero cada uno en una escena diferente y con distintos personajes (excepto la camarera).
En
la barra de un bar…
Camarera: ¿Qué os pongo guapas?
Maite: Cutty Shark
con naranja.
Carla: Barceló con limón, por favor.
Camarera: mirad lo que está saliendo en la televisión. Llevan todo el día
hablando del dichoso informe Coleman.
Carla: ¡a ver sube el volumen!
Televisión: Coleman
identificaba la privación cultural familiar como la principal causa de las
desigualdades educativas. Puesto que los inputs no se diferencian en las
escuelas de niños blancos y niños negros.
Maite: la verdad es que
no se oye otra cosa, ¡Que pesados!
Camarera: si, además solo
hablan de Coleman.
Maite: A mí es que no me
queda muy claro que es ese informe.
Camarera: Es un informe que
encargó el gobierno, por la presión de los movimientos sociales y la falta de
igualdad de oportunidades educativas. De este informe se esperaba que mostrase
las carencias de recursos en las escuelas como un factor explicativo de las
diferencias de rendimiento educativo en
función de la raza u origen social de los alumnos. Lo que querían tener es un
fundamento empírico y de conocer los ámbitos concretos de intervención en las
escuelas con elevadas tasas de alumnos en situación de riesgo.
Maite: Pero tampoco es
para tanto, ¿no?
Carla: pues sí, porque al
reconocer que los niños no entran en igualdad de condiciones a la escuela, toma
sentido considerar un tipo de intervención que de importancia a la igualdad de
resultados académicos.
Maite: entonces el
hándicap cultural de muchos alumnos es por el escaso valor que sus familias dan
a la educación y las condiciones familiares que dificultan la motivación por el
estudio. ¿No?
Camarera: sí, claro, eso es
precisamente lo que afirmaba un tal Reissman.
Maite: pero bueno entonces
por qué le dan tanta importancia, lo que dijo este señor está bien y ya está.
Camarera: ¡Que va! Uf, a
partir de su trabajo salieron muchas críticas y otros estudios que lo
contradecían.
Carla: sí, es cierto, de
hecho el otro día viendo las noticias con mi padre salieron otros dos señores,
no sé si se llamaban Jensen y Eysenck que atribuían a la inteligencia y sobre
todo a la herencia, la capacidad explicativa de las diferencias educativas, es
decir, que no creía que las
desigualdades se dieran por tu origen social, si no por algo genético o algo
así me explico mi padre.
Camarera: o la de Jenck,
creo que esa es la más famosa.
Carla: de esa no tengo ni idea… y la otra porque me la explico mi
padre de verdad, porque yo no los
entiendo.
Maite: ¿y tu padre
porque sabe tanto?
Carla: mi padre es que da
estos temas en sus clases de sociología en la Universidad de Toledo, a lo mejor
le conocéis, se llama Julio Cesar De Cisneros.
Camarera: Que raro entonces
que no te haya hablado de Jenck.
Carla: no sé, lo mismo
si, pero es que me habla de tantos que no lo recuerdo, pero si me decís de que
va seguro que me acuerdo.
Camarera: el estudio de Jenck consiste en no considera las
reorientaciones reformistas que había apuntado el informe Coleman.
Carla: ah sí, este es el
que dice que hay que abandonar la escuela como instrumento útil para la
igualdad social y pasar a considerar con un fin en sí mismo.
Camarera: si ese mismo.
Maite: Pero entonces la
escuela es útil para la igualdad o ¿no?
Camarera: Según Boudon, la
igualdad educativa varia en base al momento histórico analizado, aunque él sí
que cree que las reformas educativas tienen aspectos positivos.
Maite:
Pero de
verdad, yo no los entiendo, yo sí creo que la educación influye en todo, en tu
forma de hablar, de actuar, en tu trabajo…
Carla: ¿Cómo en el
trabajo?
Maite: Si claro, yo creo
que todos tenemos estudiamos para tener mejor un mejor salario.
Camarera: Pues yo creo que
no, que estudiamos para tener el puesto de trabajo que queremos.
Carla: si yo estoy de
acuerdo, yo prefiero ser maestra y cobrar menos, que ser ingeniera y tener
mejor salario.
Camarera: Estoy de acuerdo,
yo creo que el mercado de trabajo se rige por el principio de la competencia
por los puestos de trabajo y que los años de educación son un indicador para el
empresario de la inversión de tiempo y dinero necesario para el desempeño del
puesto de trabajo, como diría Thurow.
Carla: Si, yo opino lo
mismo, además mi padre siempre me dice que haga estudios superiores que los
empresarios lo utilizan a la hora de la contratación como filtro para saber que
individuos son más capaces.
Camarera: jaja esa frase se
la ha copiado tu padre a un autor. A Arrow.
Maite: si, pero si todos
siguiéramos esos pasos, habría sobreeducación.
Camarera: Claro, la gente
prefiere seguir formándose como estrategia defensiva, puesto que es mejor
esperar en la cola de los mejores, aunque esto no garantice entrar en el
mercado laboral inmediatamente, como diría mi amigo Thurow.
Carla: Esto entonces se
relaciona con lo que dicen Doeringer y Piore o Edwar entre otros, que dicen que
el mercado de trabajo se divide en los segmentos y el salario va a depender del
segmento donde te encuentres. Y claro, la gente prefiere formarse para
pertenecer al primario, que es para el que se requiere mayor cualificación.
Maite: hombre, yo creo que
todos estudiamos para tener un mejor puesto de trabajo y por lo tanto tener
mejor salario.
Carla: depende de como lo
mires, porque por ejemplo Bowen decía algo como que el empresario te va a pagar
según tu nivel de estudios independientemente de tu función dentro de la
empresa.
Camarera: eso será siempre y
cuando ellos obtengan beneficios.
Maite: pero volviendo a lo
de antes, yo creo que si la educación superior te va a servir como filtro en el
momento de la contratación, pero después
serán los más capacitados los que obtengan un salario superior. De hecho creo que a esta conclusión ya
llegaron Taubman y Wales.
Carla: Si, a eso no
llegas tu sola, jaja. De todas formas yo no lo tengo tan claro, ¿vosotras estáis
convencidas qué existe una relación entre educación y productividad?
Camarera: Pues no del todo, incluso gente que quería
demostrar que si existía relación, al realizar los estudios no consiguieron
demostrarlo, e incluso en algunos casos los resultados mostraban lo contrario.
Maite: ¿Qué los
trabajadores menos cualificados son más productivos?
Camarera: Claro, esa era la conclusión de alguno de los
estudio de Berg, por ejemplo. Y si no miradme a mí, que no tengo nada de estudios
y que bien pongo los cafés.
(Risas).
Maite: Bueno, pero todo
esto de Coleman, y sus amigos ¿por qué viene?
Carla: Por lo de la nueva
propuesta de ley de educación, la LOMCE.
Camarera: Si, la verdad es que se repiten un poco, pero bueno no es
para menos, con los recortes que están haciendo en educación… porque no se
vosotras, pero yo creo que la educación es el motor del desarrollo y
crecimiento económico.
Maite: Si yo creo lo mismo
pero con todo lo que me habéis contando ya no lo tengo tan claro, unos autores
dicen que si guarda relación la inversión en educación con la economía en
general, otros que no… ¡Me tenéis hecha un lio!
Carla: Nada si esto es
como todo, al final acabamos hablando de política, por algo hablaba Offe de la
“crisis en la gestión de la crisis”, que
es lo que está pasando ahora, cualquier decisión gubernamental tiene
consecuencias sobre el Estado.
Maite: Vamos que ni se
aclaraban antes ni nos aclaramos ahora.
Camarera: Bueno chicas os
dejo que tengo que ir a atender a esos chicos.
Carla: Si, cóbranos que
nosotras ya nos vamos, que bastante hemos arreglado el mundo ya por hoy.
Camarera: os invito yo por
esta charla tan agradable.
Carla y Maite: ¡Gracias! Chao.
Mientras tanto en
el otro lado de la barra…
Constantin: nos pones un par
de coca-colas light por favor.
Camarera: ¡enseguida chicos!
Camarera: Tomad, vuestras
coca-colas.
Lucas: Gracias. Oye ¿qué
te pasaba antes con esas chicas? Parecía que estabais debatiendo.
Camarera: Nada, estábamos
hablando del tema este de la LOMCE y de la relación que algunos autores hacen
sobre la educación y la productividad.
Constantin: ¡Anda!, como lo
que estamos dando en clase de sociología.
Lucas: ¿Y de quien
hablabais? ¿De Collins y demás?
Camarera: No, ese autor no ha
salido a la luz. Hemos estado hablando sobre la teoría del capital humano.
Constantin: Pues Collins
también habla de todo eso. Dice que la gente más cualificada no ocupa trabajos
que requieren un elevado conocimiento, sino, puestos administrativos y
burocráticos, que son los que proporcionan mayor poder.
Camarera: no estoy segura de
entenderlo.
Lucas: dice que no es la
productividad de los individuos lo que determina la obtención de buenos
empleos, sino que las posiciones de poder y prestigio se adquieren por la
diferenciación entre grupos, por sus estilos culturales diferentes y su forma
de presentación y no solo por los conocimientos.
Camarera: O sea, que
identifica la educación como mecanismo fundamental para la diferenciación entre
grupos.
Constantin: Si, bueno…y como
institución que otorgan credenciales para acceder a los mejores empleos.
Lucas: y esto explica la
expansión de la educación. Ya que los grupos sociales compiten por situar a sus
miembros en la cúspide del sistema educativo.
Camarera: ¿Pero con este tipo
están todos de acuerdo?
Lucas: bueno, por
ejemplo hoy nos han explicado en clase que Karabel y Halsen encuentran una
debilidad en la teoría de Collins, que pese a la importancia que le da a la
identificación y diferenciación de grupos de estatus no observa como la
educación contribuye a estos procesos.
Constantin: o como Ramirez y
Boli que consideran que ignora por completo el papel del Estado en la expansión
de la educación.
Camarera. Entonces la teoría
de Collins es totalmente opuesta a la funcionalista ¿no?
Lucas: si, opina que la
escuela es un espacio de lucha entre grupos sociales y no una institución para
otorgar oportunidades sociales.
Camarera: ¿No era
Parsons el que decía algo parecido?
Constantin: Parsons opinaba
que las relaciones educativas explican la motivación del logro y la asimilación
de roles sociales.
Lucas: Vamos… que, al
igual que otros autores, defiende la teoría de la reproducción cultural en la
escuela.
Camarera:
¿Qué otros
autores?
Lucas:
Bourdieu y
Passeron, por ejemplo, que estudian la relación entre la reproducción cultural
y la social y que identifican que los obstáculos que los alumnos encuentran en
la escuela son más culturales que económicos.
Camarera: ¿Se refiere al
uso de códigos lingüísticos diferentes? Es que hace poco, vi un artículo en una
revista que hablaba sobre eso.
Constantin: No, ese es
Bernstein. Lo que yo digo es que la cultura escolar no es neutra, sino el
resultado de la dominación de unas clases sobre otras.
Camarera: ¡Ah! Pues
entonces ando un poco perdida, ¿no?
Lucas: No te creas,
porque la teoría de Bernstein va en la misma línea que la de Bourdieu y
Passeron. También habla sobre la reproducción cultural.
Constantin: Lo que pasa es que
este se centra más en el lenguaje.
Camarera: Y ¿cómo afecta esto
a la reproducción cultural?
Lucas: Pues hombre, por lo
que hemos hablado antes sobre la diferenciación entre clases sociales. Cada una
va a utilizar un lenguaje, el restringido o público es el propio de las clases
obreras y el elaborado o formal, que es el que usan las clases medias y altas.
Constantin: Claro, y ten en
cuenta que la escuela tiende a utilizar un lenguaje más elaborado.
Camarera: Vale, creo que ya
lo comprendo. Al hacer uso de un lenguaje elaborado, los niños de la clase
obrera se enfrentan a situaciones en las que no comprenda bien lo que están
diciendo, ¿verdad?
Constantin: Efectivamente. Lo
has entendido a la primera. Jeje.
Lucas: Y claro… como todas
las teorías, está también tiene críticas.
Camarera: Ya me imagino. ¿Son
muchos autores los que critican esta teoría?
Lucas: La más notable es
la de Labov, que considera que de estas tesis sociolingüísticas se deduce un
tratamiento de inferioridad a algunas minorías.
Camarera: Pero lo que se
deriva de la teoría de Bernstein ¿no es precisamente lo contrario? O sea, que identifica
una forma de comunicación distinta a la dominante y su marginación en las
escuelas.
Constantin: Sí, de hecho el
propio Bernstein, se defendió de esta crítica a través de un artículo en el
sesenta y pico.
Camarera: ¡Uf! Vaya clase
magistral de la sociología de la educación que me habéis dado. Creo que por hoy
he tenido suficiente.
Lucas: De hecho, creo que
te hemos dicho todo lo que sabemos sobre el tema, pero mañana avanzaremos en
clase.
Constantin: Si quieres otro día
venimos y seguimos contándote. Jeje.
Camarera: Pues no estaría
mal, pero por ahora os dejo que disfrutéis del refresco y desconectéis un poco.
Y yo me vuelvo a trabajar, que como venga mi jefe y me vea aquí… ¡Menuda me
espera!