La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa
(LOMCE), es una ley propuesta por el Partido Popular y actualmente está en
proceso de aprobación, aunque se pretende que entre en vigor en 2014.
Esta ley acarrea diferencias de opiniones y tiene defensores
y detractores. Sus defensores apuntan que proporciona a los alumnos una serie
de conocimientos básicos para el trabajo, mejora la calidad educativa, es
eficaz, sostenible y aprovecha los recursos de los que disponemos en época de
crisis.
Por el contrario, los detractores aseguran que es una ley
antidemocrática y no participativa, que mercantiliza absolutamente el Sistema
Educativo, ya que su fin es el mercado laboral; que segrega y supone una
desigualdad de oportunidades.
La principal diferencia entre esta ley y la Ley de Educación
actual es que la LOMCE está interesada en que la Educación esté al servicio del
mercado, y la LOE en contribuir al desarrollo integral del niño.
Existen algunos aspectos en torno a esta ley que son
especialmente polémicos, como son las reválidas, el acceso a la universidad,
las lenguas cooficiales, el control sobre los contenidos, los cambios en la
organización y gestión de los centros, la importancia que se le da a la
asignatura de religión, etc.
- Reflexión:
Desde que esta ley ha sido propuesta y se ha dado a conocer
se ha producido un rechazo generalizado que ha producido manifestaciones,
huelgas, etc.
Con este cambio de Ley Educativa está pasando lo mismo que
ha pasado con las leyes anteriores. Cada vez que cambia el Gobierno se pretende
cambiar la Ley Educativa que esté en vigor en ese momento, pensando solo en los
intereses políticos que esto puede acarrear, y sin preocuparse realmente de lo
verdaderamente importante, que son los alumnos.
Los cambios no se basan en aspectos de poca importancia o
repercusión, sino que se cambia todo, desde la estructura de los niveles hasta
los contenidos, pasando por las condiciones de acceso, la organización y
gestión, etc.
A la sociedad le cuesta adaptarse a estos cambios, y esto
produce un rechazo general (excepto por parte, principalmente, de los simpatizantes
con el partido político en cuestión) y sobre todo, causa rechazo y críticas cuando se trata de una Ley Educativa de las
características de la LOMCE.
Hablamos de una ley que promueve la segregación por sexos,
puesto que los centros en los que existen clases separadas por sexos recibirán
dinero público.
Realiza cambios de tal envergadura como el papel del equipo
directivo, dotándole de poder ejecutivo, o como el control sobre los
contenidos, que con la aprobación de esta Ley pertenecerá exclusivamente al
Estado. Así como el papel del Consejo Escolar, que pasará a ser meramente
consultivo.
Además de todo esto, se pretende establecer unas reválidas
al final de cada etapa, en los que será necesaria su superación para la
obtención del título académico. Esto puede tener una consecuencia grave, que es
la de la segregación, puesto que es una forma de “marginar” a los alumnos con
peores calificaciones académicas, lo cual puede llevar a casos de frustración y
abandono escolar de forma prematura. Esto va a generar una competitividad entre
los alumnos, perdiendo así el verdadero valor de la escuela y dejando de lado
valores como la cooperación.
Otro aspecto que está causando mucho revuelo en relación a
esta Ley es la importancia que se le otorga a la asignatura de Religión, puesto
que se la vuelve a otorgar plena validez académica. Se considera que, de esta
forma se está dando más importancia a la religión católica que al resto de
religiones, y esto no debería suceder en un Estado Laico como es España.
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